Reinos
Combatienes
Este
período es de transición en la historia china, ya que es una época
de profundos
y sucesivos cambios
que provocan una radical
transformación
en todos los planos:
sociedad, política, economía, ideología.
Es
en esta época, cuando comienza la primera fecha propiamente
histórica de China. Pues se da una crisis
de la sociedad aristocrática que
comenzó a
desestabilizarse por las guerras
con los bárbaros
y por el poder
acuciante de las familias
cada vez más ricas y más poderosas por el carácter hereditario de
los feudos.
En
primer lugar,
la invasión procedente de los bárbaros del oeste puso fin
a los Zhou occcidentales,
especialmente, con la muerte del soberano You (781-771 a.n.e.). Tras
la pérdida del territorio real en el s.VIII, los reyes Zhou ya no
tuvieron poder real alguno,
llevaban tan sólo una existencia protocolaria que se permitía para
tener un referente de unión frente a los bárbaros.
En
segundo lugar,
a mediados del s.VIII,
existía ya una docena
de familias
que se habían constituido en la Llanura Central y sus principados
tenían un gran poder: Como las familias Song,
Wei, Lu, Cao, Chen, Cai...
Con el debilitamiento de la realeza y el desarrollo de los
principados, aparece
una nueva sociedad y nuevas costumbres:
- Una nobleza celosa de sus prerrogativas y vigilante en cuestiones de pactos, la nueva institución que regulaba las alianzas y las obligaciones.
- Un ideal de guerrero y vencedor a costa de lo que fuera, incluso a costa de la pérdida de la Virtud antigua.
Se frenó
la expansión Zhou,
pero no fue un gran problema pues aún quedaba suficiente espacio
entre ciudades para seguir enfeudando hasta que las murallas de un
feudo invadían las de otro. Bajo esta nueva situación los leales a
la casa Zhou lucharon por la supervivencia. El
desarrollo de la agricultura
fue vital para aprovechar las pocas tierras libres, y explotar sus
recursos al máximo. El desecamiento de las zonas pantanosas, el
drenaje de tierras salinizadas y la deforestación para abrir nuevos
territorios. Los dispositivos de irrigación y el empleo de fertilizantes fueron usados para potenciar la agricultura. Posteriormente, la administración se encargaba de
dividir el territorio con catastros para recompensar a las milicias.
La
presión de la guerra, obligó a los soberanos y correspondientes
ministros a incrementar
el volumen de sus ejércitos
mediante un servicio militar universal que incluía a las áreas
rurales. En este sentido, comienzan a abandonar los carros de combate
y cobra una excesiva importancia la
infantería,
más rápida, sencilla y barata de adiestrar. En 541 se registra el
primer ejercito de sólo infantería en una batalla del estado de Jin
contra el
pueblo Di. Junto al incremento de tropas se mejora
la fabricación de instrumentos mediante la fundición
del hierro, gracias
a ello se inventa
la ballesta y se desarrollan las corazas laminares y las espadas).
Esta
situación de guerra generalizada dio lugar a dos
aspiraciones
por parte de los monarcas de cada estado: La primera es
descentralizar
el poder
político, acabando con la monarquía Zhou y su jerarquía de
parentesco (Zongfa), y el poder religioso destituyendo a la familia
real en el culto a los ancestros, y realizando cada uno sus propios
ritos. La segunda aspiración consistía en combatir por la
supremacía hasta conseguir la
hegemonía,
y el poder y prestigio que a ella venía asociada.
Como
era evidente, el rey
perdió
su lugar central en el estado, y como ya no hacía falta el Hijo del
Cielo, pues todos los jefes de linaje podían ser jefes de culto
debido a la adquisición de tanto poder, el rey perdió sus
prerrogativas y se separaron sus funciones
políticas
y religiosas.
Tenía tan sólo el papel de unificar los territorios, pero no era
necesario para el culto a los Ancestros. Los cargos, por supuesto,
dejaron de ser revocables y se hicieron totalmente hereditarios y de
favoritismo personal. Por lo que el poder de las familias iba siendo
cada vez más grande, sus terrenos más extensos, y sus cultos más
individuales, más personales.
CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
1. Ruina de la virtud antigua,
desmoronamiento del sentido ritual
Ya
en el s.VII, la magnanimidad antigua había dejado de tener éxito.
El príncipe de Song se negó a tocar a la carga cuando sus enemigos
estaban cruzando un río y cuando pusieron pie en la otra orilla,
esperó incluso a que el ejército enemigo formara filas y dijo
orgullosamente a su general en jefe:
“Tales
eran la Virtud y la magnanimidad de los antiguos que consideraban un
ignominioso engaño sorprender a un enemigo sin defensa; aunque yo
sólo sea un insignificante retoño de una dinastía muerta, jamás
ordenaré que redoblen los tambores para abalanzarse sobre un enemigo
que aún no ha formado filas” .
Por supuesto, sufrió
una aplastante derrota, se ganó el desprecio de sus generales y se
conviritó en el hazmerreír de todo el imperio.
2.
La guerra y el comercio: Pragmatismo y eficacia.
China se agranda,
a los Reinos del Centro se les suman otros reinos con otras leyes y
costumbres. Estos, además, no estaban sometidos al poder central, a
la acción civilizadora del soberano, ya que estaban alejados del
palacio central. Los nuevos reinos están llenos de arrogancia
y sólo creen en la fuerza, es por ellos que se transforman las
relaciones entre los príncipes y hacen caduco todo el sistema. Al
principio, lo importante era el campo de batalla en donde luchaban
sólo los nobles para demostrar su habilidad, fuerza, bravura,
prudencia, magananimidad...
A
partir del s.VI los combates requieren la participación
de todo el pueblo,
la coordinacion de grandes cuerpos de batalla de hasta 600.000
hombres, mientras que antes lo máximo eran 10.000. Por lo que la
guerra se vuelve independiente del noble que combate, que en su carro
se convierte en un soldado
anónimo.
La
estrategia
ha reemplazado a la valentía
como valor decisivo de la victoria y las
expediciones militares necesitan fondos importantes, lo que supone un
desarrollo
económico
y una expansión agrícola.
Lo cuantitativo y abstracto sustituyen a lo cualitativo y
particularizado. Las vastas extensiones de territorios se convierten
en tableros
de juego, como
las partidas de ajedrez.
De
aquí nacen los primeros
grandes comerciantes
y empresarios que ayudan a los príncipes a conseguir los fondos
necesarios. La guerra se convierte así en una obligación
universal.,
en la que toda
la población civil
participa
de un modo u otro en la guerra y son considerados los enemigos de sus
rivales. Lo más importante es conseguir una masa
disciplinada,
pues a manos de un buen general cualquiera puede luchar. Si los
valores antiguos de la guerra eran varoniles y gloriosos ahora se
hacen femeninos, es decir pasivos, obedientes, flexibles, debiles...
Esta
disciplina y docilidad se conseguía obserando la propia naturaleza
humana,
pues estamos sometidos a leyes
biológicas.
El hombre quiere satisfacer sus apetitos vitales, tiene una
naturaleza pasional y hay que conformarse a ella para dominarlos.
Basta con disponer totalmente de su vida mediante la facultad de
castigar
con extrema severidad las acciones que no se ajusten a la voluntad
del soberano y recompensar
aquellas que sí lo hagan. Esto convierte al soldado en un
hombre-máquina
dócil dispuesto a obedecer naturalmente.:
1-
Las tropas de quien sabe manipular el potencial estratégico son como
troncos y piedras rodando. La naturaleza de los troncos y piedras
hace que resulten inofensivos cuando están en reposo y peligrosos
cuando están en movimiento; quietos sobre el llano se deslizan por
la pendiente.
El
general es como el pastor que maneja su rebaño de ovejas de un lado
para otro, sin que éstas sepan a dónde se dirigen.
2-
Cinco hombres componen un escuadrón. Todos ellos reciben la misma
orden por parte de los mandos. Si, durante el combate, pierden algún
hombre pero eliminan un número equivalente a las pérdidas, el
castigo queda anulado. En el caso de que eliminen a los miembros de
un escuadrón rival sin perder ningún efectivo, el escuadrón entero
será recompensado. Pero, si el escuadrón pierde efectivos sin
lograr la eliminación de un número idéntico de adversarios, serán
condenados a muerte y sus familias serán así mismo exterminadas.
3-
Cuando llega el momento de conducir las tropas al combate, actúa
como quien ordena trepar hasta un alto y luego retira la escalera ;
penetra profundamente en territorio enemigo y acciona el gatillo.
Incendia las embarcaciones y agujerea las marmitas. Es como el pastor
que manjea su rebaño de ovejas, de un lado para otro, sin que éstas
sepan a dónde se dirigen. La tarea del general consiste en reunir
las tropas del ejército y en lanzarlas al peligro.
3.
El oportunismo
Comienza
la division
del trabajo
en talleres de laca, bronce, cerámica y hierro. Estos además se
empiezan producir en serie para responder a las necesidades de la
guerra. De este modo comerciantes y artesanos comienzan a especular
y amasar grandes fortunas, el oportunismo esta a la orden del día.
Se busca adecuarse
al momento
时
(shi
) observando cuidadosamente al adversario, pues ésta está en
constante metamorfosis.
“Si
el enemigo es ávido de ganancias, sedúcelo. Si está confuso,
atrápalo, Si es consistente, prepárate. Si es poderoso, evítalo.
Si es colérico, provócalo. Si es humilde, hazlo arrogante. Si está
quieto, oblígalo a actuar. Si está unido, divídelo. Atácalo
cuando no esté preparado, lánzate sobre él, cuando no se lo
espere”.
En
este sentido es la imagen
del agua
que no deja de conformarse a lo que le rodea. La victoria sobre una
realidad sinuosa, en constante metamorfosis, no puede obtenerse más
que por una sobreabundancia de movilidad, mediante un poder más
grande de transformación y adaptación. Por eso el ejército debe
presentar una continua plasticidad poolifórmica, una configuración
en perpetuo movimiento o transformación, como el agua. Por ello uno
se debe mostrar ausente
en forma:
imperceptible, innombrable, indefinible. Fan li un hábil político
dijo:
“Conocer
la oferta y la demanda y tomar disposiciones en consecuencia. Ver
venir el momento de penuria a fin de esta preparado para el
abastecimiento. Con estos dos principios se posee el dominio del
mercado. La astrología nos enseña que si el planeta Sui (Jupiter)
se encuentra en el metal, habrá buena cosecha; si está en el
elemento madera, habrá hambre, y en el del fuego, sequía. En
período de sequía hay que comprar barcos y en caso de inundación,
carretas. Este es el sentido común que hay que tener en los asuntos
comerciales...Para acumular bienes hay que emplear el capital sin
dejarlo dormir; cambiar sin descanso las mercancías. Aunque haya que
liquidarlos, hay que librarse lo antes posible de los productos que
pueden echarse a perder. Basta con saber que hay excedente o penuria
para conocer el valor de los bienes. En la cúspide del alza viene
siempre la baja, en la depresión más profunda se produce siempre un
cambio total de la tendencia. Al alza hay que vender como si se
tirara basura; a la baja, acaparar como si se amontonaran jades y
perlas. En resumen, bienes y monedas deben circular como el agua
corriente”.
El sabio se pega al momento como la sombra a sus pasos...El cielo no
da dos veces su oportunidad a un hombre y el momento oportuno no
espera a que se le atrape.
4.
El tiempo de los sofistas: la mentira
Esta
universalización de la guerra hace que la intendencia, la logística,
la topografía y el arte de la maniobra comiencen a resultar
determinantes par la victoria final. La
guerra se convierte en un saber,
en una ciencia más que no sólo hay que aplicar, sino entender, y
por ello estratega
comienza a ocupar una posición vital.
Los
letrados ambiciosos necesitan además captar la atención de los
señores. Para ello se necesitaba seducirlos por el verbo, a través
de la palabra, por ello, la mentalidad
del comerciante
lo infesta todo, pues todo
es materia de especulación:
la diplomacia y la estrategia. En el s.V cuando la sociedad antigua
se estaba descomponiendo es cuando aparece el
problema del lenguaje,
y comienzan a interesarse por el vínculo de las palabras con la
realidad, pero al estudiarlo, destruían su fundamento ritual. Se
confunden totalmente verdad, sofista y político, pues todos tenían
a su parecer el mismo tipo de inteligencia astuta: Habilidad,
oportunismo y flexibilidad en la palabra.
La
mentira
se
convierte bajo este contexto en
uno de los instrumentos más eficaces a la hora de sortear y
confundir la mirada del enemigo y anular así su potencial de
adaptación. El adversario debe quedar totalmente perceptible a
nosotros, y nosotros invisibles a ellos. El estratega debe ser
entonces un maestro del engaño
"Si
eres capaz, finge incapacidad. Si estás preparado para entrar en
combate, finge no estarlo."
De
este contexto surgirá la idea de Confucio, la rectificación
de los nombres, en
la que en el gobierno se deben
adecuar
los nombres a su realidad. Si mi padre se llama padre, este debe
ejercitar todas las funciones de padre, y si yo me llamo su hijo,
tengo que honrarle y respetarle como un hijo. Esto manifiesta la
indignación del maestro contra las manipulaciones de que son objeto
las palabras;y contra la aparición de esta astucia de la habilidad
retórica de los lógicos y los sofistas. Se puede volver del revés
las argumentaciones del adversario, el discurso más fuerte
transformarse en el más débil.
5.
La inteligencia previsora y la adivinación
Hasta el siglo VIII,
toda conducta era esperada porque los actos de los hombres se
regían por un código moral que asignaba a cada uno un
comportamiento ritualizado: el futuro era previsible. Habíamos
visto en el tema de la adivinación que el sacrificio sería
aceptado, si el rito estaba bien cumplido, que los acontecimientos
nefastos y las calamidades naturales eran más error humano que azar
o voluntad caprichosa de los dioses.
Si
embargo, debido a los cambios ocurridos en la estructura moral y
política a mediados de la dinastía Zhou, el
rito ya no cumple su función,
y no importa que el rito esté bien cumplido sino que el hombre pueda
prever
los acontecimientos futuros.
La moral antigua cede sitio a una inteligencia asuta, caracterizada
por la rapidez de la ojeada y la agilidad mental. A partir de los
Reinos combatientes en el s.VI y VII,
el
éxito o el fracaso sólo se deben a la
facultad de anticipar acontecimientos,
desbaratar el tiempo.
El
Conocimiento no es ya sabiduría moral ni búsqueda de verdad, sino 知
(zhi),
sagacidad
o cálculo astuto,
un pronóstico de la porción del tiempo más alejada del presente en
la cadena temporal. Este se divide en 大知
Dazhi:
las
previsiones a largo
plazo que
tienen
connotaciones positivas, y 小知
xiaozhi:
las artimañas y trampas con poca visión, y que se valoran, por
supuesto, negativamente:
“La
inteligencia depende de la porción de temporalidad que permite
abarcar”.
Todo
soberano astuto percibe los acontecimientos antes incluso de que
hayan tomado forma. La ruina de los estados, las desgracias de los
príncipes no tienen otras causas que la incapacidad de prever los
virajes de la fortuna, de transportarse más allá del momento
presente. La necedad es percibir sólo el presente, lo cual es
inútil, pernicioso y no permite evitar las desgracias.
El
sabio
ve de lejos, porque percibe
lo ínfimo,
lo oculto. Su concimiento del futuro proviene de la observación
escrupulosa y metódica del conjunto de datos inmediatos, en los
cuales se
revela el provenir
a aquél que sabe descubrir sus gérmenes en los detalles minúsculos
y triviales. Escrutar signos tenues para ver a largo plazo,
interpretar naderías significativas, interesarse por lo que aún
esta en germen 几 (ji), ver el futuro en la nada, estas son las actividades
de los Reinos Combatientes: vigilan lo oculto, lo ínfimo, en
constante sospecha y tensión a fin de impedir que las cosas tomen
proporciones demasiado grandes:
“En
los asuntos humanos el orden o el desorden, la preservación o la
destrucción tienen causas tan tenues como una bruma de otoño y, por
lo tanto, para no cometer faltas en los asuntos importantes hay que
examinar los detalles”
“Cuando
se confía a un sabio la vigilancia de los diques, este se ocupa de
tapar los hormigueros”
Todo
esto remite a la
adivinacion, pues
ya
en los siglos V y IV, los estrategas son adivinadores. La
inteligencia astuta de los Reinos Combatientes está próxima a la
adivinación, no tiene por objetivo un conocimiento directo inmediato
de lo real, sino que lee los acontecimientos como signos de algo que
aun no existe.
En este sentido, es
necesario incluso, para obtener del debilitamiento y la
desestructuración del adversario, el agotarlo moral y materialmente.
Hubo quien incluso hizo pasar a sus mejores generales al enemigo con
el propósito de que se embarcaran en múltiples campañas militares,
que aunque finalizaban en victorias, producía un paulatino desgaste
moral y económico que facilitaba así su posterior conquista.
Inducir al enemigo a una espiral de victorias parciales, que en un
principio son beneficiosas, acaba por colapsarlo totalmente. Se trata
de una visión circular de los procesos dinámicos, que al
llegar a su extremo.
“Con el fin de
atacar al fuerte, debes colmar al adversario para hacerlo más fuerte
y abastecerlo para hacerlo aún más rebosante. Pues aquello que es
demasiado fuerte se partirá con certeza, y aquello que resulta
rebosante en exceso tendrá deficiencias necesariamente.”
Este es uno de los primeros sentidos del
Yijing (I Ching/King),
el
futuro
está presente en el gérmen.
Prever es captar una ausencia por medio de un rasgo minúsculo y
revelador: “la
tenuidad es lo que ha abandonado el no ser para entrar en el ser,
tiene norma sin tener aun forma.”
Algo similar ocurre en el funcionamiento de la medicina china; el
médico conoce la enfermedad por síntomas, el pulso, la tez y no la
ve jamas en su ser inmediato en su realidad desnuda. De ahí que
hasta hace relativamente poco, la medicina era preventiva, se pagaba
al médico cuando se encontraba uno sano y no al revés. Cuando caía
enfermo se le dejaba de pagar hasta que éste le curaba de nuevo. El
síntoma no refleja un estado presente sino futuro, parecido también
a la investigación policial. En este sentido, es lo mismo estudiar
el pasado que el futuro, y el mismo personaje hace de historiógrafo
y de adivino astrólogo.
"Zichan
salió una mañana por la puerta de la callejuela de los artesanos y
se sintió impresionado por los lamentos de una mujer de luto.
Poniendo la mano sobre la de su cochero, le hizo señas de que fuera
más despacio para poder escucharla. Al cabo de un momento, envió a
los alguaciles para que la detuvieran y la sometió a un
interrogatorio. La mujer no tardó en confesar que había asesinado a
su marido. El cochero no salió de su asombro:¿Como la habéis
descubierto? no cesaba de preguntar a su señor. Percibí miedo en
sus llantos-explico éste- Todos nosotros, cuando los parientes que
amamos están enfermos, sentimos aprensión; cuando están a punto de
morir sentimos terror y dolor cuando han muerto. Esa mujer lloraba a
su marido sin dolor, pero con miedo. Esto es lo que me hizo pensar en
que había cometido un crimen.”
Un sabio se preocupa
de la fisonomía de sus allegados, no para conocerlos sino para saber
su destino: a través del timbre de la voz, el rostro, de los gestos
puede adivinarse el futuro de un hombre. Hay una ciencia en China,
como en Occidente, la de leer las líneas de la mano, que consiste en
leer el rostro de un hombre. En este sentido también en occidente,
las técnicas bioenergéticas, de Alexander Lowen, pueden leer el
pasado de un hombre, a través de la interpretación de las formas de
su cuerpo, su altura, su peso, las arrugas de su cara, la inclinación
de su columna, la grasa acumulada.
Las
fórmulas del Yijing
permiten la traduccción de síntomas reales al lenguaje del oráculo.
Todo
es significado, todo es significante.
El sabio es aquel que capta las intenciones a medias palabras o sin
palabras. El éxito en política especialmente supone el secreto, de
ahí que la sabiduría es disimulación, no se muestra, parece
estúpido a los ojos de la gente. Es Tao y alcanza por eso lo
inalcanzable.
Historia
de duque Huan de Qi y Guang Zhong que
proyectaban atacar a Ju. No le habían dicho a nadie su secreto y
toda la corte sin embargo estaba al corriente. "El duque de Huan
confesó su asombro a Zhong. Debe de haber un gran sabio en la
región - dijo El duque Huan. El otro día entre la gente propuesta
para el servicio había un hombre que llevaba un garrote y que
miraba hacia nosotros, ¿No sera él? Lo llamaron de nuevo para
el turno de servicio precisando que no debían reemplazarlo por
ningún motivo. Poco despues, Dongguo Shuai se presentó y al ser
interrogado por Guang Zhong confesó que era él quien estaba en el
origen del rumor. Y el hombre explicó cómo lo había adivinado,
aunque ni el rey ni el ministro hubieran hablado.¿No dice el
proverbio "¿Si el hombre superior sabe hacer planes, el hombe
humilde sabe adivinarlos?". Yo adiviné vuestras intenciones.
El sabio tiene tres expresiones ¿Está alegre ? es que
piensa en la música. ¿Está recogido ? es que piensa en la
muerte, ¿Está radiante ? es que piensa en la guerra. Vos
teníais una expresion marcial. Habéis silbado sin cantar, lo que
designaba a Ju sin ambigüedad, luego, habéis señalado con la mano
en una dirección, que correspondía a la de Ju. Me acordé de que,
entre los feudatarios, sólo Ju, no se os había sometido aún. Fue
así como lo supe."
LOS
ORIGENES DEL PENSAMIENTO: Escuelas
Con
la dinámica de los Reinos Combatientes (403-221
a.C.)
en
la que las guerras son inminentes,
la
paz corta y las alianzas cambiantes,
los
“señores feudales”, dueños
de principados y ciudades, comienzan a necesitar verdaderos
estrategas,
personas suficientemente inteligentes para prever
los planes de los enemigos, para pensar a largo plazo, necesitan en
definitiva consejeros
a su alrededor.
Es
así cómo se crea una
nueva clase social,
la clase de los letrados y escribas, los pensadores, que viajan hasta
las cortes principescas y son mantenidos por el príncipe. Daba igual
qué tipo de tendencia filosófica siguiesen, taoístas, confucianos
o legistas, lo importante era
ganar en la guerra,
siguiendo cualquier método. Lo que importaba era que pensaran bien,
y que se adelantaran al futuro. Estos escribas venían de la antigua
clase social de los gentiles hombres, los 士 (shi),
y de las mezclas familiares con los campesinos.
En
un principio,
como ya hemos visto, los jefes de principado o “señores feudales”
distribuían sus dominios a sus parientes más próximos (Barones y
Grandes oficiales), y ellos mismos los administraban. Pero este
sistema rudimentario de infantazgos
familiares
contaba con una administración deplorable y no reportaba apenas nada
al príncipe, resultaba incluso peligroso
para él cuando alguno de sus hermanos era presa de la ambición. Por
ello, se comenzaron a buscar empleados dóciles y más seguros, como
los Gentiles
hombres,
para confiarles estas funciones administrativas.
Se
reclutaban al principio, descendientes
lejanos
de los señores, hijos menores de ramas menores, sin infantazgo y con
necesidad de sueldo. Además, al ser demasiado humildes, no podían
ensombrecer a nadie. Pero la complicación de la escritura y la
dificultad de redactar documentos administrativos en una lengua
todavía poco fluida como lo era el chino antiguo, desembocó en la
formación de una clase de escribas
instruídos.
Entre ellos se reclutaban los consejeros de los ministros, los
intendentes encargados de la administración de los grandes señoríos.
Así poco a poco, en torno a cada príncipe, podía haber un buen
número de letrados que se dedicaban a discutir entre ellos los
problemas más importantes del reino: economía, sociedad, política,
estrategias de combate, ética y moral del soberano, etc.
Rápidamente, el
número de personas que se formaba para entrar en el campo de
influencia de los principes y poder ganar un sueldo, comenzó a
crecer, al final muchos no conseguían hacer carrera
administrativa, como el caso de los letrados decentes y honestos,
que ante este panorama comenzaron a fundar escuelas. Como
Confucio, que se dedicó a viajar durante 20 años buscando príncipes
a los que aconsejar y alumnos a los que enseñar. De esta clase
nacieron también Mencio, Xun Zi, Mo Zi, Zhuang Zi, es decir, todos
los grandes pensadores de este período.
Por
estos motivos nace
la filosofía
y todas las grandes corrientes de pensamiento. Claro está que muchas
de las tendencias más importantes nacen como crítica
a la sociedad
en la que vivían. La perspicacia de los hombres fracasa a causa de
accidentes o azares imprevisibles, pues nos hallamos ante una época
de engaños y trampas. El taoísmo y el confucianismo son
principalmente una reacción ante este tipo de inteligencia, pues
ellos intentan vencer sin luchar, evitar el enfrentamiento.
Taoistas:
Lo
importante es no saber, olvidarse del conocimiento intelectual, y
también del afectivo. No puede haber un conocimiento discursivo de
la temporalidad, pues las metamorfosis del Tao
son infinitas y nuestro entendimiento limitado. Un solo síntoma
puede tener explicaciones contradictorias y para prever y saber hay
que abarcar pasado, presente y futuro. Esto sólo es posible a través
de la Intuición, que surge de manera espontánea y natural, y que
está más allá de la inteligencia y de la moral. Los taoístas se
burlan de la sabiduría práctica del Yijing,
dicen
que si la victoria oculta la derrota e inversamente
“¡¿debe uno alegrarse por llorar y llorar por sus alegrías?!”
El
conocimiento del futuro es la excrecencia del Tao, es la antesala de
la necedad.
(Huainanzi)
Confucianistas:
Consideran
que
el
conocimiento o sagacidad 知
(zhi)
es
una cualidad moral, de sentido de las conveniencias y refinamiento
ritual sin actividad intelectual, no es la inteligencia astuta de los
Reinos Combatientes.
“la
sabiduria superior consiste en saber que no se sabe, el peor error es
creer que se sabe cuando se ignora. Muchas cosas no son lo que
parecen. Cuando se ignora el principio que permite comprender e lpor
qué, es sabio conformarse con la regla de las cosas y adnmitirla sin
intentar a toda costa una explicacion”
Finalmente,
por ser el mejor estratega, el reino
de Qin
obtuvo el dominio en el 256 a.n.e., pues sus armas eran ejércitos
masivos, una caballería contundente, y una política de pactos de
gobierno inteligente y astuta, que le permitieron unificar China en
un imperio en el 221 a.n.e. Ahora parecía que todo era de sentido
común, que las palabras crean ilusión pero no influyen en lo real,
por lo tannto el arte de lo retórico puede convencer a todo un país,
pero enfrentado con los hechos no engaña a nadie. Las mentes
políticas, financieras y realistas, sabían que la victoria dependía
de otras condiciones, había unos principios universales que
presidían el éxito o el fracaso y que era posible extraer leyes de
los acontecimientos, por lo que remontándose a los principios se
podía acceder a las claves de la dominación política. Las
estratagemas se anulaban con la ley y de ahí nació el Legismo
法家
(fajia).
El legismo se basaba en tres conceptos base: el
sistema legal 法
(fǎ),
la estratagema política 術 (shù)
y la autoridad del gobernante 势(shì).
Se prefiguraba el orden absoluto de un gobierno autocrático.
"La forma de administrar un estado de la manera correcta es usando las leyes para regular a los oficiales; uno no debe confiar en que los hombres serán inteligentes y precavidos"
"Uno no debería ser castigado por un delito menor, pero sí por la intención detrás de él. "
"Cuando la población es estúpida, es más fácil de manejar"
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