miércoles, 16 de mayo de 2012

GENESIS DEL PENSAMIENTO PARTE III


Reinos Combatienes
           Este período es de transición en la historia china, ya que es una época de profundos y sucesivos cambios que provocan una radical transformación en todos los planos: sociedad, política, economía, ideología.

           Es en esta época, cuando comienza la primera fecha propiamente histórica de China. Pues se da una crisis de la sociedad aristocrática que comenzó a desestabilizarse por las guerras con los bárbaros y por el poder acuciante de las familias cada vez más ricas y más poderosas por el carácter hereditario de los feudos.

En primer lugar, la invasión procedente de los bárbaros del oeste puso fin a los Zhou occcidentales, especialmente, con la muerte del soberano You (781-771 a.n.e.). Tras la pérdida del territorio real en el s.VIII, los reyes Zhou ya no tuvieron poder real alguno, llevaban tan sólo una existencia protocolaria que se permitía para tener un referente de unión frente a los bárbaros.

En segundo lugar, a mediados del s.VIII, existía ya una docena de familias que se habían constituido en la Llanura Central y sus principados tenían un gran poder: Como las familias Song, Wei, Lu, Cao, Chen, Cai... Con el debilitamiento de la realeza y el desarrollo de los principados, aparece una nueva sociedad y nuevas costumbres:
  1. Una nobleza celosa de sus prerrogativas y vigilante en cuestiones de pactos, la nueva institución que regulaba las alianzas y las obligaciones.
  2. Un ideal de guerrero y vencedor a costa de lo que fuera, incluso a costa de la pérdida de la Virtud antigua.
           Se frenó la expansión Zhou, pero no fue un gran problema pues aún quedaba suficiente espacio entre ciudades para seguir enfeudando hasta que las murallas de un feudo invadían las de otro. Bajo esta nueva situación los leales a la casa Zhou lucharon por la supervivencia. El desarrollo de la agricultura fue vital para aprovechar las pocas tierras libres, y explotar sus recursos al máximo. El desecamiento de las zonas pantanosas, el drenaje de tierras salinizadas y la deforestación para abrir nuevos territorios. Los dispositivos de irrigación y el empleo de fertilizantes fueron usados para potenciar la agricultura.  Posteriormente, la administración se encargaba de dividir el territorio con catastros para recompensar a las milicias. 

          La presión de la guerra, obligó a los soberanos y correspondientes ministros a incrementar el volumen de sus ejércitos mediante un servicio militar universal que incluía a las áreas rurales. En este sentido, comienzan a abandonar los carros de combate y cobra una excesiva importancia la infantería, más rápida, sencilla y barata de adiestrar. En 541 se registra el primer ejercito de sólo infantería en una batalla del estado de Jin contra el pueblo Di. Junto al incremento de tropas se mejora la fabricación de instrumentos mediante la fundición del hierro, gracias a ello se inventa la ballesta y se desarrollan las corazas laminares y las espadas).

Esta situación de guerra generalizada dio lugar a dos aspiraciones por parte de los monarcas de cada estado: La primera es descentralizar el poder político, acabando con la monarquía Zhou y su jerarquía de parentesco (Zongfa), y el poder religioso destituyendo a la familia real en el culto a los ancestros, y realizando cada uno sus propios ritos. La segunda aspiración consistía en combatir por la supremacía hasta conseguir la hegemonía, y el poder y prestigio que a ella venía asociada.

Como era evidente, el rey perdió su lugar central en el estado, y como ya no hacía falta el Hijo del Cielo, pues todos los jefes de linaje podían ser jefes de culto debido a la adquisición de tanto poder, el rey perdió sus prerrogativas y se separaron sus funciones políticas y religiosas. Tenía tan sólo el papel de unificar los territorios, pero no era necesario para el culto a los Ancestros. Los cargos, por supuesto, dejaron de ser revocables y se hicieron totalmente hereditarios y de favoritismo personal. Por lo que el poder de las familias iba siendo cada vez más grande, sus terrenos más extensos, y sus cultos más individuales, más personales.

CONSECUENCIAS DE LA GUERRA

1. Ruina de la virtud antigua, desmoronamiento del sentido ritual

Ya en el s.VII, la magnanimidad antigua había dejado de tener éxito. El príncipe de Song se negó a tocar a la carga cuando sus enemigos estaban cruzando un río y cuando pusieron pie en la otra orilla, esperó incluso a que el ejército enemigo formara filas y dijo orgullosamente a su general en jefe:
Tales eran la Virtud y la magnanimidad de los antiguos que consideraban un ignominioso engaño sorprender a un enemigo sin defensa; aunque yo sólo sea un insignificante retoño de una dinastía muerta, jamás ordenaré que redoblen los tambores para abalanzarse sobre un enemigo que aún no ha formado filas” .

Por supuesto, sufrió una aplastante derrota, se ganó el desprecio de sus generales y se conviritó en el hazmerreír de todo el imperio.

2. La guerra y el comercio: Pragmatismo y eficacia.

China se agranda, a los Reinos del Centro se les suman otros reinos con otras leyes y costumbres. Estos, además, no estaban sometidos al poder central, a la acción civilizadora del soberano, ya que estaban alejados del palacio central. Los nuevos reinos están llenos de arrogancia y sólo creen en la fuerza, es por ellos que se transforman las relaciones entre los príncipes y hacen caduco todo el sistema. Al principio, lo importante era el campo de batalla en donde luchaban sólo los nobles para demostrar su habilidad, fuerza, bravura, prudencia, magananimidad...

A partir del s.VI los combates requieren la participación de todo el pueblo, la coordinacion de grandes cuerpos de batalla de hasta 600.000 hombres, mientras que antes lo máximo eran 10.000. Por lo que la guerra se vuelve independiente del noble que combate, que en su carro se convierte en un soldado anónimo.

La estrategia ha reemplazado a la valentía como valor decisivo de la victoria y las expediciones militares necesitan fondos importantes, lo que supone un desarrollo económico y una expansión agrícola. Lo cuantitativo y abstracto sustituyen a lo cualitativo y particularizado. Las vastas extensiones de territorios se convierten en tableros de juego, como las partidas de ajedrez.

De aquí nacen los primeros grandes comerciantes y empresarios que ayudan a los príncipes a conseguir los fondos necesarios. La guerra se convierte así en una obligación universal., en la que toda la población civil participa de un modo u otro en la guerra y son considerados los enemigos de sus rivales. Lo más importante es conseguir una masa disciplinada, pues a manos de un buen general cualquiera puede luchar. Si los valores antiguos de la guerra eran varoniles y gloriosos ahora se hacen femeninos, es decir pasivos, obedientes, flexibles, debiles...

Esta disciplina y docilidad se conseguía obserando la propia naturaleza humana, pues estamos sometidos a leyes biológicas. El hombre quiere satisfacer sus apetitos vitales, tiene una naturaleza pasional y hay que conformarse a ella para dominarlos. Basta con disponer totalmente de su vida mediante la facultad de castigar con extrema severidad las acciones que no se ajusten a la voluntad del soberano y recompensar aquellas que sí lo hagan. Esto convierte al soldado en un hombre-máquina dócil dispuesto a obedecer naturalmente.:

1- Las tropas de quien sabe manipular el potencial estratégico son como troncos y piedras rodando. La naturaleza de los troncos y piedras hace que resulten inofensivos cuando están en reposo y peligrosos cuando están en movimiento; quietos sobre el llano se deslizan por la pendiente.
El general es como el pastor que maneja su rebaño de ovejas de un lado para otro, sin que éstas sepan a dónde se dirigen.

2- Cinco hombres componen un escuadrón. Todos ellos reciben la misma orden por parte de los mandos. Si, durante el combate, pierden algún hombre pero eliminan un número equivalente a las pérdidas, el castigo queda anulado. En el caso de que eliminen a los miembros de un escuadrón rival sin perder ningún efectivo, el escuadrón entero será recompensado. Pero, si el escuadrón pierde efectivos sin lograr la eliminación de un número idéntico de adversarios, serán condenados a muerte y sus familias serán así mismo exterminadas.

3- Cuando llega el momento de conducir las tropas al combate, actúa como quien ordena trepar hasta un alto y luego retira la escalera ; penetra profundamente en territorio enemigo y acciona el gatillo. Incendia las embarcaciones y agujerea las marmitas. Es como el pastor que manjea su rebaño de ovejas, de un lado para otro, sin que éstas sepan a dónde se dirigen. La tarea del general consiste en reunir las tropas del ejército y en lanzarlas al peligro.

3. El oportunismo

Comienza la division del trabajo en talleres de laca, bronce, cerámica y hierro. Estos además se empiezan producir en serie para responder a las necesidades de la guerra. De este modo comerciantes y artesanos comienzan a especular y amasar grandes fortunas, el oportunismo esta a la orden del día. Se busca adecuarse al momento (shi ) observando cuidadosamente al adversario, pues ésta está en constante metamorfosis.

“Si el enemigo es ávido de ganancias, sedúcelo. Si está confuso, atrápalo, Si es consistente, prepárate. Si es poderoso, evítalo. Si es colérico, provócalo. Si es humilde, hazlo arrogante. Si está quieto, oblígalo a actuar. Si está unido, divídelo. Atácalo cuando no esté preparado, lánzate sobre él, cuando no se lo espere”.

En este sentido es la imagen del agua que no deja de conformarse a lo que le rodea. La victoria sobre una realidad sinuosa, en constante metamorfosis, no puede obtenerse más que por una sobreabundancia de movilidad, mediante un poder más grande de transformación y adaptación. Por eso el ejército debe presentar una continua plasticidad poolifórmica, una configuración en perpetuo movimiento o transformación, como el agua. Por ello uno se debe mostrar ausente en forma: imperceptible, innombrable, indefinible. Fan li un hábil político dijo:

Conocer la oferta y la demanda y tomar disposiciones en consecuencia. Ver venir el momento de penuria a fin de esta preparado para el abastecimiento. Con estos dos principios se posee el dominio del mercado. La astrología nos enseña que si el planeta Sui (Jupiter) se encuentra en el metal, habrá buena cosecha; si está en el elemento madera, habrá hambre, y en el del fuego, sequía. En período de sequía hay que comprar barcos y en caso de inundación, carretas. Este es el sentido común que hay que tener en los asuntos comerciales...Para acumular bienes hay que emplear el capital sin dejarlo dormir; cambiar sin descanso las mercancías. Aunque haya que liquidarlos, hay que librarse lo antes posible de los productos que pueden echarse a perder. Basta con saber que hay excedente o penuria para conocer el valor de los bienes. En la cúspide del alza viene siempre la baja, en la depresión más profunda se produce siempre un cambio total de la tendencia. Al alza hay que vender como si se tirara basura; a la baja, acaparar como si se amontonaran jades y perlas. En resumen, bienes y monedas deben circular como el agua corriente”. El sabio se pega al momento como la sombra a sus pasos...El cielo no da dos veces su oportunidad a un hombre y el momento oportuno no espera a que se le atrape.

4. El tiempo de los sofistas: la mentira
Esta universalización de la guerra hace que la intendencia, la logística, la topografía y el arte de la maniobra comiencen a resultar determinantes par la victoria final. La guerra se convierte en un saber, en una ciencia más que no sólo hay que aplicar, sino entender, y por ello estratega comienza a ocupar una posición vital.

Los letrados ambiciosos necesitan además captar la atención de los señores. Para ello se necesitaba seducirlos por el verbo, a través de la palabra, por ello, la mentalidad del comerciante lo infesta todo, pues todo es materia de especulación: la diplomacia y la estrategia. En el s.V cuando la sociedad antigua se estaba descomponiendo es cuando aparece el problema del lenguaje, y comienzan a interesarse por el vínculo de las palabras con la realidad, pero al estudiarlo, destruían su fundamento ritual. Se confunden totalmente verdad, sofista y político, pues todos tenían a su parecer el mismo tipo de inteligencia astuta: Habilidad, oportunismo y flexibilidad en la palabra.

La mentira se convierte bajo este contexto en uno de los instrumentos más eficaces a la hora de sortear y confundir la mirada del enemigo y anular así su potencial de adaptación. El adversario debe quedar totalmente perceptible a nosotros, y nosotros invisibles a ellos. El estratega debe ser entonces un maestro del engaño

"Si eres capaz, finge incapacidad. Si estás preparado para entrar en combate, finge no estarlo."

De este contexto surgirá la idea de Confucio, la rectificación de los nombres, en la que en el gobierno se deben adecuar los nombres a su realidad. Si mi padre se llama padre, este debe ejercitar todas las funciones de padre, y si yo me llamo su hijo, tengo que honrarle y respetarle como un hijo. Esto manifiesta la indignación del maestro contra las manipulaciones de que son objeto las palabras;y contra la aparición de esta astucia de la habilidad retórica de los lógicos y los sofistas. Se puede volver del revés las argumentaciones del adversario, el discurso más fuerte transformarse en el más débil.

5. La inteligencia previsora y la adivinación

Hasta el siglo VIII, toda conducta era esperada porque los actos de los hombres se regían por un código moral que asignaba a cada uno un comportamiento ritualizado: el futuro era previsible. Habíamos visto en el tema de la adivinación que el sacrificio sería aceptado, si el rito estaba bien cumplido, que los acontecimientos nefastos y las calamidades naturales eran más error humano que azar o voluntad caprichosa de los dioses.

Si embargo, debido a los cambios ocurridos en la estructura moral y política a mediados de la dinastía Zhou, el rito ya no cumple su función, y no importa que el rito esté bien cumplido sino que el hombre pueda prever los acontecimientos futuros. La moral antigua cede sitio a una inteligencia asuta, caracterizada por la rapidez de la ojeada y la agilidad mental. A partir de los Reinos combatientes en el s.VI y VII, el éxito o el fracaso sólo se deben a la facultad de anticipar acontecimientos, desbaratar el tiempo.

El Conocimiento no es ya sabiduría moral ni búsqueda de verdad, sino (zhi), sagacidad o cálculo astuto, un pronóstico de la porción del tiempo más alejada del presente en la cadena temporal. Este se divide en 大知 Dazhi: las previsiones a largo plazo que tienen connotaciones positivas, y 小知 xiaozhi: las artimañas y trampas con poca visión, y que se valoran, por supuesto, negativamente:

“La inteligencia depende de la porción de temporalidad que permite abarcar”.

Todo soberano astuto percibe los acontecimientos antes incluso de que hayan tomado forma. La ruina de los estados, las desgracias de los príncipes no tienen otras causas que la incapacidad de prever los virajes de la fortuna, de transportarse más allá del momento presente. La necedad es percibir sólo el presente, lo cual es inútil, pernicioso y no permite evitar las desgracias.

El sabio ve de lejos, porque percibe lo ínfimo, lo oculto. Su concimiento del futuro proviene de la observación escrupulosa y metódica del conjunto de datos inmediatos, en los cuales se revela el provenir a aquél que sabe descubrir sus gérmenes en los detalles minúsculos y triviales. Escrutar signos tenues para ver a largo plazo, interpretar naderías significativas, interesarse por lo que aún esta en germen 几 (ji), ver el futuro en la nada, estas son las actividades de los Reinos Combatientes: vigilan lo oculto, lo ínfimo, en constante sospecha y tensión a fin de impedir que las cosas tomen proporciones demasiado grandes:

En los asuntos humanos el orden o el desorden, la preservación o la destrucción tienen causas tan tenues como una bruma de otoño y, por lo tanto, para no cometer faltas en los asuntos importantes hay que examinar los detalles
Cuando se confía a un sabio la vigilancia de los diques, este se ocupa de tapar los hormigueros

Todo esto remite a la adivinacion, pues ya en los siglos V y IV, los estrategas son adivinadores. La inteligencia astuta de los Reinos Combatientes está próxima a la adivinación, no tiene por objetivo un conocimiento directo inmediato de lo real, sino que lee los acontecimientos como signos de algo que aun no existe.

En este sentido, es necesario incluso, para obtener del debilitamiento y la desestructuración del adversario, el agotarlo moral y materialmente. Hubo quien incluso hizo pasar a sus mejores generales al enemigo con el propósito de que se embarcaran en múltiples campañas militares, que aunque finalizaban en victorias, producía un paulatino desgaste moral y económico que facilitaba así su posterior conquista. Inducir al enemigo a una espiral de victorias parciales, que en un principio son beneficiosas, acaba por colapsarlo totalmente. Se trata de una visión circular de los procesos dinámicos, que al llegar a su extremo.

“Con el fin de atacar al fuerte, debes colmar al adversario para hacerlo más fuerte y abastecerlo para hacerlo aún más rebosante. Pues aquello que es demasiado fuerte se partirá con certeza, y aquello que resulta rebosante en exceso tendrá deficiencias necesariamente.”

Este es uno de los primeros sentidos del Yijing (I Ching/King), el futuro está presente en el gérmen. Prever es captar una ausencia por medio de un rasgo minúsculo y revelador: “la tenuidad es lo que ha abandonado el no ser para entrar en el ser, tiene norma sin tener aun forma.” Algo similar ocurre en el funcionamiento de la medicina china; el médico conoce la enfermedad por síntomas, el pulso, la tez y no la ve jamas en su ser inmediato en su realidad desnuda. De ahí que hasta hace relativamente poco, la medicina era preventiva, se pagaba al médico cuando se encontraba uno sano y no al revés. Cuando caía enfermo se le dejaba de pagar hasta que éste le curaba de nuevo. El síntoma no refleja un estado presente sino futuro, parecido también a la investigación policial. En este sentido, es lo mismo estudiar el pasado que el futuro, y el mismo personaje hace de historiógrafo y de adivino astrólogo.

"Zichan salió una mañana por la puerta de la callejuela de los artesanos y se sintió impresionado por los lamentos de una mujer de luto. Poniendo la mano sobre la de su cochero, le hizo señas de que fuera más despacio para poder escucharla. Al cabo de un momento, envió a los alguaciles para que la detuvieran y la sometió a un interrogatorio. La mujer no tardó en confesar que había asesinado a su marido. El cochero no salió de su asombro:¿Como la habéis descubierto? no cesaba de preguntar a su señor. Percibí miedo en sus llantos-explico éste- Todos nosotros, cuando los parientes que amamos están enfermos, sentimos aprensión; cuando están a punto de morir sentimos terror y dolor cuando han muerto. Esa mujer lloraba a su marido sin dolor, pero con miedo. Esto es lo que me hizo pensar en que había cometido un crimen.

Un sabio se preocupa de la fisonomía de sus allegados, no para conocerlos sino para saber su destino: a través del timbre de la voz, el rostro, de los gestos puede adivinarse el futuro de un hombre. Hay una ciencia en China, como en Occidente, la de leer las líneas de la mano, que consiste en leer el rostro de un hombre. En este sentido también en occidente, las técnicas bioenergéticas, de Alexander Lowen, pueden leer el pasado de un hombre, a través de la interpretación de las formas de su cuerpo, su altura, su peso, las arrugas de su cara, la inclinación de su columna, la grasa acumulada.

Las fórmulas del Yijing permiten la traduccción de síntomas reales al lenguaje del oráculo. Todo es significado, todo es significante. El sabio es aquel que capta las intenciones a medias palabras o sin palabras. El éxito en política especialmente supone el secreto, de ahí que la sabiduría es disimulación, no se muestra, parece estúpido a los ojos de la gente. Es Tao y alcanza por eso lo inalcanzable.

Historia de duque Huan de Qi y Guang Zhong que proyectaban atacar a Ju. No le habían dicho a nadie su secreto y toda la corte sin embargo estaba al corriente. "El duque de Huan confesó su asombro a Zhong. Debe de haber un gran sabio en la región - dijo El duque Huan. El otro día entre la gente propuesta para el servicio había un hombre que llevaba un garrote y que miraba hacia nosotros, ¿No sera él? Lo llamaron de nuevo para el turno de servicio precisando que no debían reemplazarlo por ningún motivo. Poco despues, Dongguo Shuai se presentó y al ser interrogado por Guang Zhong confesó que era él quien estaba en el origen del rumor. Y el hombre explicó cómo lo había adivinado, aunque ni el rey ni el ministro hubieran hablado.¿No dice el proverbio "¿Si el hombre superior sabe hacer planes, el hombe humilde sabe adivinarlos?". Yo adiviné vuestras intenciones. El sabio tiene tres expresiones  ¿Está alegre ? es que piensa en la música. ¿Está recogido ? es que piensa en la muerte, ¿Está radiante ? es que piensa en la guerra. Vos teníais una expresion marcial. Habéis silbado sin cantar, lo que designaba a Ju sin ambigüedad, luego, habéis señalado con la mano en una dirección, que correspondía a la de Ju. Me acordé de que, entre los feudatarios, sólo Ju, no se os había sometido aún. Fue así como lo supe."

LOS ORIGENES DEL PENSAMIENTO: Escuelas

Con la dinámica de los Reinos Combatientes (403-221 a.C.) en la que las guerras son inminentes, la paz corta y las alianzas cambiantes, los “señores feudales”, dueños de principados y ciudades, comienzan a necesitar verdaderos estrategas, personas suficientemente inteligentes para prever los planes de los enemigos, para pensar a largo plazo, necesitan en definitiva consejeros a su alrededor.

Es así cómo se crea una nueva clase social, la clase de los letrados y escribas, los pensadores, que viajan hasta las cortes principescas y son mantenidos por el príncipe. Daba igual qué tipo de tendencia filosófica siguiesen, taoístas, confucianos o legistas, lo importante era ganar en la guerra, siguiendo cualquier método. Lo que importaba era que pensaran bien, y que se adelantaran al futuro. Estos escribas venían de la antigua clase social de los gentiles hombres, los 士 (shi), y de las mezclas familiares con los campesinos.

En un principio, como ya hemos visto, los jefes de principado o “señores feudales” distribuían sus dominios a sus parientes más próximos (Barones y Grandes oficiales), y ellos mismos los administraban. Pero este sistema rudimentario de infantazgos familiares contaba con una administración deplorable y no reportaba apenas nada al príncipe, resultaba incluso peligroso para él cuando alguno de sus hermanos era presa de la ambición. Por ello, se comenzaron a buscar empleados dóciles y más seguros, como los Gentiles hombres, para confiarles estas funciones administrativas.

Se reclutaban al principio, descendientes lejanos de los señores, hijos menores de ramas menores, sin infantazgo y con necesidad de sueldo. Además, al ser demasiado humildes, no podían ensombrecer a nadie. Pero la complicación de la escritura y la dificultad de redactar documentos administrativos en una lengua todavía poco fluida como lo era el chino antiguo, desembocó en la formación de una clase de escribas instruídos. Entre ellos se reclutaban los consejeros de los ministros, los intendentes encargados de la administración de los grandes señoríos. Así poco a poco, en torno a cada príncipe, podía haber un buen número de letrados que se dedicaban a discutir entre ellos los problemas más importantes del reino: economía, sociedad, política, estrategias de combate, ética y moral del soberano, etc.

Rápidamente, el número de personas que se formaba para entrar en el campo de influencia de los principes y poder ganar un sueldo, comenzó a crecer, al final muchos no conseguían hacer carrera administrativa, como el caso de los letrados decentes y honestos, que ante este panorama comenzaron a fundar escuelas. Como Confucio, que se dedicó a viajar durante 20 años buscando príncipes a los que aconsejar y alumnos a los que enseñar. De esta clase nacieron también Mencio, Xun Zi, Mo Zi, Zhuang Zi, es decir, todos los grandes pensadores de este período.

Por estos motivos nace la filosofía y todas las grandes corrientes de pensamiento. Claro está que muchas de las tendencias más importantes nacen como crítica a la sociedad en la que vivían. La perspicacia de los hombres fracasa a causa de accidentes o azares imprevisibles, pues nos hallamos ante una época de engaños y trampas. El taoísmo y el confucianismo son principalmente una reacción ante este tipo de inteligencia, pues ellos intentan vencer sin luchar, evitar el enfrentamiento.

Taoistas: Lo importante es no saber, olvidarse del conocimiento intelectual, y también del afectivo. No puede haber un conocimiento discursivo de la temporalidad, pues las metamorfosis del Tao son infinitas y nuestro entendimiento limitado. Un solo síntoma puede tener explicaciones contradictorias y para prever y saber hay que abarcar pasado, presente y futuro. Esto sólo es posible a través de la Intuición, que surge de manera espontánea y natural, y que está más allá de la inteligencia y de la moral. Los taoístas se burlan de la sabiduría práctica del Yijing, dicen que si la victoria oculta la derrota e inversamente “¡¿debe uno alegrarse por llorar y llorar por sus alegrías?!”

El conocimiento del futuro es la excrecencia del Tao, es la antesala de la necedad. (Huainanzi)

Confucianistas: Consideran que el conocimiento o sagacidad (zhi) es una cualidad moral, de sentido de las conveniencias y refinamiento ritual sin actividad intelectual, no es la inteligencia astuta de los Reinos Combatientes.

“la sabiduria superior consiste en saber que no se sabe, el peor error es creer que se sabe cuando se ignora. Muchas cosas no son lo que parecen. Cuando se ignora el principio que permite comprender e lpor qué, es sabio conformarse con la regla de las cosas y adnmitirla sin intentar a toda costa una explicacion”

Finalmente, por ser el mejor estratega, el reino de Qin obtuvo el dominio en el 256 a.n.e., pues sus armas eran ejércitos masivos, una caballería contundente, y una política de pactos de gobierno inteligente y astuta, que le permitieron unificar China en un imperio en el 221 a.n.e. Ahora parecía que todo era de sentido común, que las palabras crean ilusión pero no influyen en lo real, por lo tannto el arte de lo retórico puede convencer a todo un país, pero enfrentado con los hechos no engaña a nadie. Las mentes políticas, financieras y realistas, sabían que la victoria dependía de otras condiciones, había unos principios universales que presidían el éxito o el fracaso y que era posible extraer leyes de los acontecimientos, por lo que remontándose a los principios se podía acceder a las claves de la dominación política. Las estratagemas se anulaban con la ley y de ahí nació el Legismo 法家 (fajia).

El legismo se basaba en tres conceptos base: el sistema legal (fǎ), la estratagema política   (shù) y la autoridad del gobernante (shì). Se prefiguraba el orden absoluto de un gobierno autocrático.

"La forma de administrar un estado de la manera correcta es usando las leyes para regular a los oficiales; uno no debe confiar en que los hombres serán inteligentes y precavidos"
"Uno no debería ser castigado por un delito menor, pero sí por la intención detrás de él. "
"Cuando la población es estúpida, es más fácil de manejar"


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